ELABORACIÓN
Se cuecen las placas de pasta en abundante agua con sal, hasta que se ablanden y aumenten de tamaño. Se sacan y se extienden sobre un paño limpio para retirar el exceso de agua.
Una vez preparadas, se disponen la mitad en la base del recipiente, la otra mitad se reserva. En una sartén se calienta el aceite, y se añade la cebolla finamente picada, cuando esté dorada se añade la carne previamente sazonada con la sal, la nuez moscada y el orégano, y se sofríe hasta que se haga bien. Se le añade la salsa de tomate, un chorrito de coñac y la pastilla de caldo de carne desmenuzada, cuando todo este bien disuelto se le añade un poquito de salsa bechamel para que ligue bien. Se echa en el recipiente y se le colocan encima las placas de pasta que ha reservado, se cubren con la bechamel y se espolvorea el queso rallado por encima. Se mete al horno a gratinar a 250º centígrados, durante unos 15 minutos, o hasta que el queso se haya dorado.