ELABORACIÓN
Se lavan bien los tomates, se les elimina el pico negro y se cortan a lo largo, en corte juliana, muy finitos. Se colocan dentro de un envase de vidrio profundo junto con la sal y se dejan reposar allí durante 2 horas. Posteriormente, con un colador de pasta se lavan bien con agua caliente, se escurren, se pasan a un envase seco y se les agrega los aceites, el orégano, la pimienta negra y los ajos machacados. Se dejan en el envase tapados hasta el día siguiente, para que queden bien gustosos y condimentados. Se esteriliza un frasco de vidrio, se colocan los tomates dentro y se meten en la nevera. Para servirlos se utiliza una cuchara de madera para que no se dañen. Pueden utilizarse como aperitivo o como una entrada fría.