ELABORACIÓN
En primer lugar se pondrá en remojo el bacalao durante 24 horas, cambiando el agua al menos 3 veces.
Se comienza poniendo al fuego una cazuela de barro con los trozos de bacalao y agua.
Cuando aparezca una espuma blanca al romper a hervir, se retira del fuego, reservando el agua.
Se saca el bacalao, se escurre bien y se disponen los trozos sobre un paño o servilleta.
Sobre otra cazuela de barro de base amplia, puesta a fuego moderado, se echa abundante aceite de oliva virgen de buena calidad y los dientes de ajo picados con parte de la guindilla cortada en trozos.
Cuando los ajos estén dorados, se reservan.
Se ponen los trozos de bacalao sobre la cazuela, cuidando de que se dispongan con la piel hacia arriba y estén suficientemente separados.
A medida que se vaya haciendo, a fuego moderado, se menea constantemente la cazuela en círculo y se añade poco a poco 1 ó 2 cucharadas del agua reservada.
Se verá que al cabo de un rato empieza a ligar el aceite hasta engordar ligeramente y espesarse.
Cuando la salsa esté ligada y el bacalao hecho será el momento de servirlo, adornándolo con los ajos reservados y las guindillas enteras no utilizadas.