La relación entre vino y comida puede buscarse por afinidad o por contraste de sabores, aunque hay quien es partidario de tener en cuenta la textura o el aroma de los platos a la hora de combinarlos con el vino. El gusto personal y la experiencia son la mejor guía al respecto. No obstante, existen algunas pautas suficientemente contrastadas que conviene no perder de vista.
Blancos ligeros Crustáceos cocidos, pescados blancos poco condimentados (cocidos, a la plancha, a la barbacoa), fiambres poco especiados.
Penedés, Rioja, Chacolí, La Mancha, Valdepeñas.
Blancos con cuerpo Crustáceos a la parrilla, moluscos de concha (ostras, almejas), pescados de sabor pronunciado.
Rías Baixas, Rueda, Alella, Costers del Segre.
Blancos criados en madera Pescados y mariscos fuertemente condimentados, carnes de pollo o ternera a la brasa, ahumados, pescados marinados.
Penedés, Navarra, Somontano, Rioja, Costers del Segre.
Rosados Pescados azules (sardina, bonito, atún, jurel), paellas y arroces secos de carne, pasta italiana, menestras de verduras, carnes de cerdo y pollo.
Navarra, Valencia, Rioja, Ribera del Duero.
Tintos jóvenes Asados de cordero, carnes gelatinosas (morros, manos de cerdo), estofados de carne, pollo asado, asados de ternera, quesos de corta y media curación.
Rioja, Ribera del Duero, Jumilla, La Mancha, Valdepeñas, Alicante
Tintos maduros Carnes rojas de vacuno (buey, vaca) asadas o a la parrilla, caza mayor (ciervo, jabalí, corzo) y determinadas especies de caza de pluma, como becada o paloma torcaz. Salsas complejas.
Rioja, Ribera del Duero, Penedés, Priorato, Somontano, Navarra.
Finos y manzanillas Frituras de pescados, gambas y langostinos cocidos, salazones de pescado, jamón y lomo ibéricos.
Jerez, Montilla-Moriles.
Blancos dulces Frutas, foie-gras, quesos azules (Cabrales, Roquefort).
Rioja, Alicante, Toro, Valencia, Navarra, Pedro Ximénez y olorosos dulces.
Espumosos Aperitivos y canapés, pescados y mariscos en general.
Cava. Champagne.