ELABORACIÓN
Cuando no viene dictada por un rito particular, una filosofía o una tradición, la preparación de! té obedece a ciertas reglas simples. El agua debe ser lo menos caliza posible, no ferruginosa (precipitaría los taninos en la taza), y sin cloro. En ausencia de agua de manantial, los expertos eligen un agua mineral ligera y nunca la vuelven a utilizar ya caliente. En primer lugar se escalda la tetera para que esté húmeda y caliente en e! momento de introducir las hojas, a razón de 1 cucharadita de café de té por taza, más una para la tetera. Cuanto mejor es el té, menos cantidad se precisa. El agua se vierte casi hirviendo (a 95° centígrados) sobre la hojas. Es preciso evitar los grandes hervores. La duración de la infusión es de tres a cinco minutos. Si se prolonga más, no se gana aroma, los taninos se diluyen y la infusión es más acre y más oscura. Se retiran las hojas y la infusión se remueve en la tetera con una cuchara. Si se desea que sea con leche añadir antes la leche y luego el té y lo mismo di es con limón. El azúcar se sirve según gustos.